Pero, ya sabemos, todo se trata de un toma y daca, de un juego de ambivalencias que hay que aprender a jugar para poder vivir plenamente nuestra existencia. Creo que lo importante es que el cansancio de la lucha permanente no nos haga perder nuestras convicciones y poder permanecer en el camino. Quizás sea un camino equivocado, pero por lo menos es el elegido, y uno debe ser consciente de que hace lo mejor que puede y que equivocarnos es humano.
Seguiremos aprendiendo, con errores y certezas, acompañados de tanta gente que nos acompaña… y los que intenten cargarnos con sus propios errores… que a partir de este momento… traten de tener una vida propia y si no pueden… ¡que se compren una nueva!, mientras nosotros continuamos en el largo y continuo aprendizaje de hacernos cargo de nosotros mismos, buenos y malos, ángeles y demonios, en fin… personas… que no es poco.