Hoy quiero hablar del amor. A pedido de mi sobrina del corazón Dani martin (please el resto de mis sobrinos abstenerse de comentarios "celosos"). No voy a decir nada nuevo, ya todo está escrito, ya todo está dicho. Así como tampoco quiero enfocarme en el amor de pareja, de madre-hijo, de un amor "tipificado". Deseo hablar del amor en general. Este existe en todos los seres humanos, aunque no todos estén preparados para sentirlo, demostrarlo y vivenciarlo. El amor es nuestro motor. Nos hace levantarnos cada mañana logrando que la "pulsión de vida" se imponga al "tánatos". Nos hace sentirnos ¡los mejores del mundo! o hacernos caer hasta lo más profundo. Hay momentos que ponemos gran parte de nuestro amor hacia las personas, y hay otros, que lo dirigimos hacia los objetos, que inconcientemente reflejan o representan algo de alguien. Hay situaciones en las que necesitamos replegarnos y poner mucho amor en nosotros mismos, y, si es de manera equilibrada, está bueno, pues debemos amarnos a nosotros mismos, para poder amar a los demás. El amor toma tantas y tantas formas! Algunas más reconocibles que otras, algunas más "sanas" para nuestro espíritu, otras que no nos hacen tanto bien y con el tiempo terminamos con el alma triste. Pero el amor siempre esta presente. "TODO LO QUE NECESITAMOS ES AMOR"... frase conocida y, en algún momento cantada por todos! El amor moviliza, suma y multiplica, jamás resta. ¿Un nuevo hijo? Más amor!; ¡un nuevo amigo?, más aún!, un niño de la calle al que le regalamos una sonrisa?, todavía hay lugar para más!, una mirada cruzada al azar, una palabra de aliento, poner la oreja para quien lo necesite, conocerse cada día más, encontrarse y reencontrarse, con uno mismo, con los otros, uniendo pasado con el presente aceptando nuestra vida tal cual es, eso tambien es amor!. Amor de hermanos, de parejas, de amigos, de conocidos, entre desconocidos, en más, en menos, el gesto mínimo por el otro, una mirada, una palabra, el detalle más nimio, un ramito de flores, desde el beso más apasionado hasta el más dulce, desde el abrazo que da vida y contiene hasta un simple: ¡hola!. Amor como respeto, como la conjugación de dos deseos, como encuentro, de la manera más humilde y silenciosa hasta el grito que agrieta la tierra.
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