domingo, 15 de noviembre de 2009

Hablemos de deseo y actitud.


Deseo: Para Lacán, el deseo es siempre el deseo del Otro, y su característica es ser innombrable por definición, es decir, aquello que nunca se satisface por completo. El modo de acceso a este deseo solo se produce a partir del encuentro con la falta en el Otro. Es el innombrable del deseo inconsciente. Es aquello que nunca podemos alcanzar, que cuando lo alcanzamos, ya hay algo más del orden del deseo, porque subyace a lo que uno cree que desea, por lo tanto, es un continuo empezar... No se sabe lo que se desea... Es inconsciente y actúa como brújula, haciendonos ir de acá para allá... Para el diccionario es simplemente una fuerte inclinación de la voluntad hacia el conocimiento, consecución y disfrute de algo; o, aspirar o querer algo con vehemencia. Para mi, el deseo es aquello que actúa articuladamente con la pulsión, estando ambos de manera inconsciente, aquello que nos lleva a actuar de determinada manera. Lo que nos singulariza, es la manera que cada persona responde a ello. Agunos luchan por conseguirlo, aunque no se sepa que es inalcanzable,( el deseo en si, no el objeto/sujeto que se desea); otros, se dejan abatir y prevalece en ellos un super yo tan tanático que no le permite ni siquiera iniciar el camino que lo llevará a la posibilidad de realización, Son aquellas personas del "deber", del "juzgar"; otras personas dudan y pendulan de un lado hacia el otro como un barco a la deriva simplemente por no atreverse. La historia queridos amigos está llena de esta gente. Gente que por temor, por incapacidad, por no saber, por no darse cuenta, por no poder, por no atreverse, se quedan en el medio. No hacen nada. Ni por ellos ni por los demás. Y, peor aun, son aquellos que "todo lo hacen por el bien de los otros", sintiéndose infelices, tristes, solitarios, desvalidos en su interior, pero con la "conciencia tranquila de estar haciendo lo correcto por...", sin darse cuenta que para poder hacer algo por un otro, primero se debe hacer algo por uno mismo. La gente de nuestro entorno, nuestros afectos, captan todo lo que pasa internamente en nosotros mismos, asi que, muchas veces caemos en decir cosas y estar sintiendo otras diametralmente opuestas, y, aún asi, los hacemos cargar inconscientemente con la "responsabilidad" de: lo hago por vos. Aprendamos a ser mejores personas cada día. Aprendamos a conocernos, a ser auténticos, a respetarnos para poder respetar a los demás. Aprendamos que no solo somos lo que decimos, sino también lo que hacemos y, principalmente lo que sentimos. Porque podemos tener un discurso muy bonito, pero los sentimientos verdaderos terminan aflorando nuestra piel. Hagamos con la coherencia de nuestros actos que se refleje la coherencia de nuestras creencias y nuestros sentimientos. Hagamos que cada día cuente.

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