En tus cálidos brazos mientras vamos cayendo en silentes suspiros, me preguntás algo que contesto sin dudas… ¿tenés miedo? Mi boca atina a responder: “_no… ¿vos si?”_ Y tu respuesta no se hace esperar: “_no, para nada.”_
Mientras los ojos se cierran y nuestros cuerpos van quedando adormecidos, el sueño se va apoderando de mi ser y la respuesta cambia y contesta: Si, tengo miedo.
De perderte algún día. De mis inseguridades, de mi inmadurez.

De este gran amor que quiero sea eterno.
Lentamente llega la luz del día que atraviesa la habitación y nuestros cuerpos y al despertarnos me pregunto: ¿tengo miedo? Y me respondo mientras te abrazo: No, para nada.
A cada momento, a cada instante, mi elección hacia tu persona es plena. Con inseguridades o sin ellas....... vos me completas en todos los aspectos de mi vida. Y así, profundamente TE AMARÉ POR SIEMPRE.
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