martes, 29 de mayo de 2012

Falsedad


Mentes enfermas, cuerpos corroídos por la envidia, almas que destilan el veneno conforme al hecho de no poseer vida… propia.
Silencios que delatan falsedades. Sonrisas que simulan una armonía, muecas del espanto de un cuerpo ya viejo, en donde no hay cabida para el amor.
Miradas que no son directas. Miradas que no son francas. Miradas que ocultan y distraen. Miradas que solo ven los errores en los otros. Cuencos de ojos vacíos que dejan entrever la pobreza de espíritu.
Pobres marionetas de una sociedad que las consume y las devora. Juegan al juego que el engaño, la desilusión y la desesperanza le enseñaron a jugar. Pobres almas errantes que no encuentran su lugar y jamás se dieron la oportunidad de poder aprender a jugar según sus propias reglas.
Pobres atorrantas que su maldad las ha dejado solas, con el alma vacía, sin ninguna otra compañía fugaz y maliciosa que la de una máquina de juegos en alguna casa de timba moderna y cercana…
Infelices que todo lo miden de acuerdo al dinero. Que miran y hablan si tu ropa no es de marca. Si tu reloj no está a la moda y tu perfume no es importado. Que ironía…aromas franceses conjugándose con el llanto amargo de tanto vacío al cerrar la puerta de sus casas y sentir el frío del eco que resuena… ¿que has hecho con tu vida? Pregunta sin respuesta. Respuesta perdida en algún recodo esquivo de la vida en donde un engaño pudo más que toda la vida abriéndose a su alrededor.
Cuerpos sostenidos por maquillajes, ropa cara y fragancias de tierras no conocidas… albergan en ésta mañana al dolor de sentir que perdieron la partida. Una partida que jamás se atrevieron a comenzar. Y hoy… pobrecitas… hoy solo sostienen un espíritu andrajoso que destila envidia, celos, rabia, ira, profundo dolor… a través de palabras que describen una vida que ellos no pudieron tener… palabras que describen… la vida de los otros.