jueves, 27 de diciembre de 2018

Para el año entrante...

Quiero una noche de verano que no acabe nunca (sabiendo que todo se termina).

Quiero un par de manos que no suelten las mías.

Un viento que acaricie suave y un sol que no deje marcas.

Que el rocío me moje y la luna me abrace.

Una palabra que aliente. Unos ojos que me acompañen casi sin mirar y que lo vean todo. Que puedan verme. Un cuerpo que cobije, un alma que me aquiete.

Qur el mar siempre esté. Que la arena sea mi piso.

Que el amor de mis amores se multiplique.

Que el fuego arda sin fin y que las chispas no quemen.

Quiero lo posible de todo lo imposible y al imposible sentirlo pleno. Y real.

Un plato de comida, una manta que abrigue, una copa de vino y la carcajada que marque la profundidad de una mirada.

Y que esa mirada me delimite, me contornee... sin limitarme.